EL TRAVIESO PUCK INAUGURÓ ANOCHE EL FESTIVAL DE GRANADA
Jean-Christophe Maillot inauguró ayer el festival con Le Songe, obra representativa de Los Ballets de Montecarlo. Allí estuvimos y así te lo contamos…
Texto_OMAR KHAN Fotos_ALICE BLANGERO
Granada, 19 de junio de 2021
Anoche parecía que no existía mejor lugar para Le Songe que los Jardines del Generalife, en Granada. Rodeado de árboles, con verde por todas partes y con el aire fresco soplando, el escenario del imponente recinto veraniego asimilaba muy bien la historia del Sueño de una noche verano, que ha servido de inspiración al coreógrafo francés Jean- Christophe Maillot, director de Los Ballets de Montecarlo, la compañía que ayer dejó inaugurada una nueva edición del Festival de Música y Danza de Granada, en este año todavía raro por las restricciones covid.
Aunque estrenada en 2005, esta obra exitosa sigue activa en el repertorio de la potente compañía monegasca, y encaja a la perfección en la línea temática del festival granadino, este año dedicado justamente a esta obra luminosa de Shakespeare, en la que Puck, espíritu travieso del mundo de las hadas, interviene de manera equívoca en el mundo de los humanos cuando están dormidos, al hacerles oler una flor que tiene la capacidad de conseguir que el durmiente se enamore locamente del primer ser vivo que vea al despertar.
“Estoy feliz de saber que ha funcionado y que he podido hacerla desde la danza con absoluta fidelidad a la historia que cuenta Shakespeare”, comentaba distendido Maillot justo antes de la función. “Esta pieza abarca un amplio rango de lo que amo como coreógrafo. Tiene tres mundos, tres maneras diferentes de presentar el amor, tres tipos de música, tres maneras de bailar”.
Bajo una escenografía modular sencilla pero eficaz, el equipo de la compañía liderada e impulsada por la Princesa Carolina, demuestra sus capacidades para moverse y reaccionar de manera distinta en cada uno de los tres mundos en los que se desarrolla la obra, que cumple a rajatabla con las reglas de la comedia fantástica de enredo. “Es una pieza representativa de la versatilidad y especificidad corporal de nuestra compañía”, defiende Maillot.
Mundos mágicos
En el mundo de las hadas ocurre una disputa entre Oberón y Titania, sus reyes. En el mundo de los humanos, hay un frustrante juego entre parejas del tipo A ama a B, pero B ama a C, y C ama a A que será trastocado por Puck, que ha sido enviado para arreglar el entuerto y lo complica todavía más, mientras que por el bosque pululan unos caricaturescos artesanos que, a su vez, están montando una obra teatral.
“Usamos la técnica clásica para contar el complicado enredo amoroso entre las parejas. Las hadas, cuyo mundo es una zona de libertad en la que prevalece el sexo sin reglas, nos sirve para demostrar que tenemos herramientas para abordar el cuerpo expresivo y también me permite el placer de la escritura coreográfica”. Cada mundo se mueve bajo distintas reglas y estéticas pero al mismo tiempo forman un todo armónico, donde el amor es asunto relevante. “En los otros dos mundos hay amores sentimentales y amores más animales, pero en el de los artesanos queremos hablar del amor por el trabajo, por hacer las cosas bien. Es como el testimonio de nuestro amor por la danza”.
Por muchas razones Le Songe es ciertamente ejemplar del estilo y los modos escénicos que ha impreso Maillot a la compañía monegasca. La intrincada historia de Shakespeare le permite lucir sus capacidades para el ballet narrativo, categoría en la que se inscriben sus otras versiones shakespereanas Romeo y Julieta o La fierecilla domada (vista el año pasado en el festival granadino). El mundo de las hadas, más lúdico y sensual, se expresa desde la misma libertad neoclásica de otros trabajos suyos como la poética y abstracta Dov’é la luna, al tiempo que los artesanos le permiten experimentar con un tono más teatral, más bien cercano al clown.
El cálido aplauso de la platea del Generalife (al 50% de su capacidad) recompensó anoche el esfuerzo de la compañía, que no baja el ritmo en casi dos horas de espectáculo. De gran espectáculo cabría decir.
