MÁS ALLÁ DEL CUERPO
La Taimada vuelve al Mercat de les Flors para estrenar el próximo viernes ‘El Jardí’, segunda parte de su trilogía inspirada en El Bosco, pero ya tienen puesto el foco en el ‘Paraíso’. Hablamos con su directora, Olga Álvarez...
Texto JUDIT GALLART Fotos_TONI GALITÓ
Madrid, 10 de octubre de 2023
La Taimada continúa por la senda de las artes pictóricas extrapoladas a la danza y se prepara para sumergirse de nuevo en el universo de El Bosco. La agrupación catalana liderada por Olga Álvarez y Jordi Cabestany, que se alzó con el primer premio del Certamen Coreográfico de Madrid en su edición de 2020 con Filia et Fobia, estrenará El Jardí el próximo viernes 13 de octubre (con funciones adicionales hasta el 15) sobre el escenario del Mercat de les Flors, de Barcelona.
La nueva pieza recoge el ideario más exacto de La Taimada y supone la continuación de su predecesora Infierno, ambas inspiradas en El Jardín de las Delicias. “Desde el 2015 estamos en una especie de crescendo de lo que sería una temática alrededor del trabajo del cuerpo. Buscamos poner un cuerpo humano encima del escenario que de alguna manera represente, pero que también se autorepresente, se autogestione para mostrar un trabajo sobre la fragilidad y la potencia del ser humano”, nos cuenta Álvarez sobre El Jardí.
Se aproximan hacia el teatro y comienzan a desmarcarse del concepto coreográfico en un proyecto altamente contemplativo que pretende establecer un acercamiento hacia la verdad del alma. “En el ser humano están esas partes oscuras del alma, pero también esas partes brillantes y nos apetecía mucho indagar ahí porque nos gusta el trabajo de estar observando la vida. Planteamos imágenes, las congelamos para mostrar que todos somos lo bueno y lo malo de alguna manera y que lo único que nos hace especiales es el libre albedrío con el cual acabamos acercándonos al bien o al mal”.
Un trabajo que otorga al espectador una perspectiva voyeurista y promete regalarle una serie de fotografías, pequeñas instantáneas que podrá escoger por sí mismo y llevarse a casa incrustadas en su retina. “Presentamos la escena tridimensional coral con muchos cuerpos moviéndose, haciendo cosas para que el espectador tenga que focalizar ahí donde le plazca, que pueda contemplar una escena larga en la que observe y mire de la misma manera que se miran los cuadros de El Bosco”.
Explorando el alma
Enfocada desde su fundación en aquello que va más allá del cuerpo, el trabajo de La Taimada permanece centrado en la exploración del alma, planteando cuestiones como ¿por qué nos conmueven determinadas cosas? “Cuando me encontré con Jordi me di cuenta de que la danza me hacía entrar en mi propia contradicción. Me encantan los cuerpos en movimiento, la belleza, lo estético… pero cuanto más bonito era el producto que conseguía crear, más me daba cuenta de que se me escapaba el alma, la coreografía me alejaba de lo que quería contar”, confiesa la creadora.
Es por ello que La Taimada se aproxima ahora hacia el teatro en una pieza que comenzaría a gestarse en 2019 mediante una colaboración con el SAT! de Barcelona y cuya continuación se iniciará con la llegada del nuevo año bajo el título Paraíso. “Está ya prácticamente diseñado, pero aún nos queda por escoger qué tipo de cuerpos queremos que la compongan y también estamos en la búsqueda de esa coproducción y de esas nuevas residencias. Venimos de trabajos con un espacio muy grande como son los de Infierno y El Jardí y ahora me gustaría hacer una obra en un espacio muy pequeño para explorar la fragilidad humana, ahora desde lo femenino”.
Pero el trabajo de la ganadora de los Premios DansaCat 2022 no se limita únicamente a la creación. Desde hace años se encuentra inmersa en el desarrollo de una técnica propia ideada para preparar a los intérpretes que ha sido bautizada como Técnica Presence y que bebe de diversas técnicas somáticas como la Técnica Alexander. “Vengo con un cuerpo bastante maltratado por otras artes del movimiento, para mí el dolor ha sido constante desde que tengo 13 años y me di cuenta de que habían muchos modos de llegar al cuerpo desde parámetros más energéticos que hicieron que mis lesiones desaparecieran brutalmente. Entonces fui diseñando alrededor de mis intérpretes un trabajo de masaje en movimiento que se ha ido perfeccionando también en las clases que he estado ejerciendo. No es exactamente danza ni improvisación, pero consigue abrir el cuerpo del intérprete, lo pone disponible a través de trabajos de manipulación en movimientos que logran soltar diversas tensiones, ya sean físicas, mentales o espirituales”, concluye.
