JOHAN INGER IMAGINA UNA PRECUELA DE ‘EL LAGO DE LOS CISNES’
Después de reinventar con éxito ‘Carmen’, el creador sueco estrena hoy en Dresden esta original versión, que se remonta a los orígenes y apuesta por la libertad. Te lo contamos…
Texto_OMAR KHAN Fotos_NICHOLAS MAC KAY
Madrid, 09 de diciembre de 2023
El creador sueco, residente en Sevilla, Johan Inger estrena esta noche con el Ballet Semper Oper, de Dresden, Alemania, su versión de El lago de los cisnes que, cuidado, no va ser lo que los fanáticos de este título podrían esperar. El que fuera director del Cullberg Ballet de Suecia siempre ha sido ingenioso coreógrafo, baste recordar su delirante Walking Mad, que creó en 2001 para el NDT, a partir del Bolero de Ravel. Pero últimamente ha renovado su éxito con versiones y reinvenciones de grandes clásicos de la literatura. Se aproximó con inteligencia al Peer Gynt, de Ibsen y también al Don Juan, pero fue esa Carmen, del todo revolucionaria y alineada con el movimiento #metoo, la que redimensionó su carrera.
La estrenó, en 2015, para la Compañía Nacional de Danza (CND), cuando la dirigía José Carlos Martínez, hoy al frente del Ballet de la Ópera de París. Y todavía hoy, a ocho años de aquel estreno y a casi cuatro de la gestión de su nuevo director Joaquín de Luz, sigue siendo el título con el que casi siempre la CND viaja al exterior, convertido así en su caballo de batalla. Ya la tienen también en repertorio muchas otras compañías, entre ellas el NDT, la misma Semper Oper Dresden, y ahora, Los Ballets de Montecarlo, que la estrenan justamente esta Navidad, en Mónaco.
Velo mágico
Podría parecer poco legítima la visión de un sueco sobre la ferocidad pasional de una gitana andaluza, pero el hallazgo de esta Carmen, creada desde la dramaturgia aportada por Gregor Acuña-Pohl, habitual colaborador de Inger, imagina a Carmen como una víctima de la violencia de género y hace predicciones futuribles con la presencia de un niño que pudo ser el hijo que nunca llegó a tener porque Don José decidió que la mataba porque era suya. Y es que a Inger le gusta escarbar en la naturaleza humana. De ahí, que no le interesara demasiado volver sobre El lago de los cisnes que todos conocemos.
Una vez más con Gregor Acuña-Pohl a su vera, el creador sueco se atreve ahora con este clásico del ballet. ¿Cómo se ven afectadas las relaciones personales por la violencia y la manipulación? ¿Qué papel juegan la libertad, el respeto y la aceptación personal en una relación amorosa? son las preguntas que se hace, no desde el original de Petipa sino remontándose a tiempos anteriores que vienen a explicar el origen del hechizo con aires de maldición que transmuta cada noche a Odette en cisne.
Se sospecha que la inspiración para el ballet El lago de los cisnes viene del relato El velo robado, incluido en la Colección de Cuentos Populares Alemanes recopilados por Johann August Musäus en 1874. Se trata de un relato fantástico que cuenta la peripecia de una reina que, por los celos de su marido, creyó perder un velo mágico con el que se podía convertir en una de las doncellas cisne. Años más tarde, el hijo de esta reina queda atrapado en el lago de la ciudad de los cisnes y repite el patrón. Rehace su vida con Odette, una de las doncellas, a la que le ha escondido su velo mágico para poder retenerla.
Para su versión con Semper Oper, suerte de precuela del original conocido, Inger ha hecho arreglos en la música de Tchaikovsky y una reinterpretación de todo el ballet. La pieza, que se estrena esta noche, permanecerá en cartel hasta el 14 de enero en la Ópera de Dresden.
