DESTERRADA Y EXILIADA
Tras su triunfo en el Festival de Mérida, llega a Teatros del Canal ‘Pandataria’, la coreografía de Chevi Muraday protagonizada por la conocida actriz, quien nos ha contado su experiencia con la danza. Léelo…
Texto_OMAR KHAN Foto_JERO PABLO LORENTE
Madrid, 12 de febrero de 2024
Conocido y reconocido es ya el interés del coreógrafo madrileño Chevi Muraday, director de su compañía Losdedae, por incorporar en sus montajes a destacadas actrices y actores a los que pone en la tesitura de sumar la danza a sus recursos expresivos. Marta Etura, en Return y Teresa Ora el alma; Ernesto Alterio, para En el desierto; Aitana Sánchez Gijón, en Juana, hace muy poco Juana Acosta, en El perdón, y hasta la célebre performer Miss Beige, en la delirante Pas de deux. Pero aunque parezca nueva su colaboración con Cayetana Guillén Cuervo, en Pandataria, que desde 14 y hasta el 25 de febrero se presenta en Teatros del Canal, de Madrid, después de su estreno en el Festival de Mérida el verano pasado, resulta que es, al fin, la materialización de una idea que ya estaba en la cabeza de ambos desde hace más de veinte años, cuando él aún no había trabajado con ninguna actriz.
“Hice danza clásica de niña”, rememora hoy la conocida actriz, hija de los actores Fernando Guillén y Gemma Cuervo, presentadora por más de dos décadas del programa televisivo Versión española y actual directora de la Academia de las Artes Escénicas, “pero en realidad este proyecto es una apuesta personal por trabajar con Chevi. Hace mucho que queríamos hacerlo, y siempre por tiempo, por otros proyectos y compromisos, no encontrábamos el momento para sentarnos a crear un espectáculo. Hace tres años lo conseguimos, hablamos sobre lo que cada uno quería contar y nació así Pandataria”.
Aparte de la experiencia de trabajar a las órdenes de un coreógrafo y experimentar la danza en su propio cuerpo, Guillén Cuervo tenía la necesidad de involucrarse en un proyecto con vocación de trascendencia. “En este momento, estando al frente de la Academia, para meterme en un teatro cada noche, enfrentar una gira y comprometerme durante dos años y pico, tenía que compensarme mucho lo que hiciera. Y es el caso, porque quería involucrarme en un proyecto que me permitiera trasladar al espectador algo importante, que le hiciera reflexionar”.
En un pequeño islote italiano del Mar Tirreno, de apenas un kilómetro y medio, encontraron ambos una concentración de varias y muy grandes motivaciones que les empujaron a ponerse en marcha. Y es que la isla Pandataria era el lugar al que los romanos enviaban exiliadas a las mujeres adúlteras, independientes, voluntariosas o poderosas que les engañaban o hacían sombra. Julia la Mayor, Agripina, Julia Livila y Octavia, de la que Nerón quería deshacerse para tener luz verde con Poppea, fueron algunas de estas desterradas y exiliadas.
Castigo en Ventote
Pero es que muchos años más tarde, a partir de 1941, Mussolini también vio como cárcel y castigo el pequeño islote, ahora llamado Ventote, donde desterraba a disidentes y críticos. Allí, tres exiliados redactaron el texto Por una Europa libre y unida, que se considera el primer gesto que condujo a la creación de la Unión Europea y allí fue también donde la activista judía Ursula Hirshmann inició su lucha contra el fascismo.
Isla de marginados, paraíso de condenados, recipiente de gente expulsada por el sistema, lugar de los que sobran, Pandataria también fue caldo de cultivo de grandes ideales, revoluciones y proclamaciones de libertad. Ese es el aspecto que más fascina a Cayetana Guillén Cuervo que, en esta obra, interpreta de manera sucesiva a varias de estas mujeres distintas y emprendedoras que estuvieron allí atrapadas.
“Pandataria es una metáfora, un rincón del mundo que todos conocemos porque alguna vez en la vida nos hemos sentido despreciados o rechazados, es el lugar al que vas cuando el sistema te cuestiona y aísla”, nos comenta sobre la visión que tuvieron ella y Muraday para montar el espectáculo, en el que también interviene el rapero Elio Toffana, en representación de la contracultura, porque para los autores, barrios como el Kreuzberg berlinés o el Lavapiés madrileño son nuestras pandatrias urbanas. En la dramaturgia, Laila Ripoll, en el espacio escénico una personalidad como Okuda San Miguel. La iluminación es de Nicolas Fischtel y la dirección escénica de David Picazo.
Después de ser vista en escenarios muy adecuados a su historia, como son los teatros romanos de Mérida y Sagunt, y tras esta temporada inusualmente larga para un espectáculo de danza en Teatros del Canal, la apretada agenda de Pandataria contempla funciones en ciudades y municipios como Getafe, San Javier, Las Palmas, Xátiva, Avilés, Oviedo, Ciudad Real, Ourense, El Ejido, Fuenlabrada, Parla, Clunia, Colmenar Viejo, Valdepeñas, Aldaia, Murcia, Elche y pare de contar…
