EL SONIDO DE EUSKADI
San Sebastián acoge mañana el estreno de ‘Txalaparta’, última producción de Kukai Dantza con coreografía de Jesús Rubio Gamo, que también visitará Bilbao, Vitoria y participa en Dferia. Hablamos con el creador...
Texto_JUDIT GALLART
Madrid, 02 de febrero 2024
Las colaboraciones de éxito se han convertido en habituales en el trabajo coreográfico de esta compañía que durante sus dos décadas de actividad ha logrado generar un potente diálogo entre la danza contemporánea y las danzas tradicionales del País Vasco, lo que ha conducido a Kukai Dantza a engendrar todo un lenguaje y un estilo tan únicos como inconfundibles. El último creador que se ha sumado al pelotón liderado por Jon Maya Sein es el madrileño Jesús Rubio Gamo, galardonado en 2020 con el Premio MAX a Mejor Espectáculo de Danza por su ya célebre GRAN BOLERO.
Txalaparta es una propuesta que ha sido definida por Rubio como “un acercamiento entre dos maneras de relacionarse con el movimiento y con la danza, entre dos puntos de partida diferentes, pero con muchas cosas en común”. Tendrá su estreno mañana (con función adicional el domingo 04) en el Teatro Victoria Eugenia de San Sebastián, escenario al que volverá el día 13 de marzo, en el marco de la XXX edición de dFERIA. Entre medias, podrá verse en el Teatro Arriaga, de Bilbao (16 de febrero) y en el Principal, de Vitoria (29 de febrero).
Su título alude a uno de los instrumentos musicales más enraizados en la identidad vasca, el mismo que requiere de la colaboración entre dos cuerpos que, al golpearlo, avivan uno de los sonidos más característicos y tradicionales de Euskadi. “Con la txalaparta se genera un presente constante en el que uno reacciona a lo que hace el otro y, cuando se acaba, esa música no le pertenece a ninguno de los dos, no es de nadie, ha sido lo que ha podido surgir de ese encuentro. Esto nos habla de una visión política, filosófica del mundo, de estar en el encuentro con los otros y ser consciente de que tu voluntad no es siempre posible, sino que está en relación a otras cosas”.
Asegura Rubio que la pieza se ha ido conformando a partir del instrumento pero también de los otros cuerpos. “Los bailarines tienen su voluntad, pero deben estar a la escucha de los otros. De alguna manera la pieza habla sobre un encuentro infinito, en constante renovación y actualización. Creo que en ese sentido el espectador podrá sentir qué conlleva estar vivo, abierto a las cosas que pasan y sobre todo también sentir lo que conllevan cosas elementales como el ritmo, las dinámicas, la velocidad, la acción, la sensación”.
Danza de ráiz
Serán los propios bailarines quienes se encarguen de extraer cada uno de los sonidos de la txalaparta para fusionarlos con la música electrónica del compositor Aitor Etxebarria en una creación que tiene como objetivo ahondar en los recovecos de la danza de raíz. “Kukai trabaja con la danza de raíz desde hace muchos años y yo tenía un interés previo en acercarme a la raíz. Siento que cuando eres artista y estás dentro de la creación contemporánea, dándole vueltas a tu práctica, a aspectos más compositivos en los que lo intelectual quizá va ganando espacio, también hay un momento en el que sientes que te has perdido un poco. Entonces la música y la danza de raíz me daban el mensaje, tenían la potencia, albergaban dentro de ellas algo de lo que me estaba perdiendo y que hacía que me costase más encontrar el amor por mi profesión y creo que de ahí surge esa necesidad de beber del origen y acercarme a la raíz”, nos confiesa el creador que identifica como fundamental la colaboración entre compañías y coreógrafos externos.
“Para los coreógrafos y las coreógrafas es importante tener oportunidades en las que no solo estás tú gestionando tu proyecto independiente, sino que de repente llega una estructura que te ofrece algo ya construido y eso es algo que echo mucho de menos, sobre todo en Madrid y en general en España. Hay muy pocas oportunidades para que los coreógrafos puedan llegar a lugares en los que ya hay algo construido y puedan trabajar desde esas estructuras, entonces para mí esta colaboración ha sido un regalo”, concluye.