"QUIETA NO ME VOY A QUEDAR"
Manuela Carrasco prepara su salida de los escenarios con Siempre Manuela, el espectáculo que clausura mañana el Festival de Jerez y que arranca una larga gira de dos años, que será la última. Nos lo ha contado…
Texto JUDIT GALLART
Madrid, 08 de marzo de 2023
Con más de cinco décadas de actividad a sus espaldas en las que compartiría escenario con artistas de la talla de Camarón de la Isla, Farruco, Mario Maya o Antonio Canales, al tiempo que se hacía con múltiples galardones hasta conformar un palmarés que incluye el Premio Nacional de Danza, la Medalla de Andalucía y la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, Manuela Carrasco se prepara para devolver a su público todo lo recibido con Siempre Manuela.
Su estreno ha sido reservado para clausurar mañana el Festival de Jerez que viene inundando de danza la región andaluza desde el pasado día 23. El broche de oro de este evento ya asentado como un lugar de encuentro con el flamenco más auténtico será el pistoletazo de salida de la Gira de Despedida de Carrasco. La bailaora a la que Carlos Saura capturara con su cámara en varias ocasiones, inicia así un flemático recorrido para despedirse de los escenarios con un largo tour de dos años que la llevará de Japón a Alemania, pasando por Madrid hasta presentarse incluso en la ciudad de Nueva York.
Asegura que nos encontraremos con “un espectáculo estupendo, en el que yo soy yo, y por eso se llama Siempre Manuela”, aunque sin duda con una carencia importante para la artista: su marido, el guitarrista Joaquín Amador, perteneciente a una de las sagas más caudalosas para el flamenco que falleció repentinamente el pasado mes de mayo en Sevilla. “Hecho mucho de menos a Joaquín. Desgraciadamente me falta la persona que me ayudaba a hacer la música y que me orientaba bastante, pero la vida es ingrata y hay que seguir adelante. Y bueno, ya tengo 65 años y pienso que después de los próximos dos años no podré estar más tiempo en los escenarios y me quiero retirar pues como soy: una persona valiente, con fuerza. Creo que en dos años lograré ser yo de nuevo y retirarme dignamente”, nos confiesa.
Estará acompañada durante toda la gira por el cantaor Jesús Méndez como artista invitado en un espectáculo que promete desnudar el alma de la bailaora para mostrar sus heridas y volver a dejarnos, una vez más, sin aliento con cada uno de sus desplantes y remates,todo ello con Ángel Rojas a cargo de la dirección artística.
Mirando atrás
Carrasco prepara su retirada pero contempla el panorama artístico que deja tras de sí con ilusión y emoción. “Hay mucha gente buena ahora mismo y a la que admiro, como Estrella Morente, María Terremoto o mi hija. Hay muy buenas guitarras, muy buenos cantaores y muy buenas bailaoras. A nivel social creo que se le está dando mucho valor al flamenco”, recalca.
Sin embargo, se muestra disgustada con el rumbo que parece estar encauzando el arte al que la estrella de los tablaos ha dedicado su vida. “No me gusta que no se haga el flamenco de verdad y no quiero que se mezcle. Hay personas que bailan muy flamencas y hay otras que son más técnicas, pero los admiro también porque esto es una lucha y hay muchos años de ensayo detrás. Creo que se puede hacer otra música con el flamenco, siempre y cuando no se perjudique”.
Por ello, ha querido lanzar un mensaje a las nuevas generaciones del arte jondo: “Que no se vuelvan loquitos ni locas, en el flamenco ya está todo hecho, unos más buenos, otros regulares. Pero deben seguir la línea del flamenco porque es lo más grande que tenemos en España”.
Y aunque su salida de los escenarios se irá produciendo eventualmente, la sevillana tiene claro que no va a quedarse quieta. “Creo que me dedicaré a la enseñanza o a estar en la Fundación Manuela Carrasco que, aunque mi hija Manuela sea la que lleva todo, nada se hace sin mi aprobación. La actividad de la Fundación lleva tiempo parada por la desgracia que nos ha pasado, pero ya estamos empezando a retomarla. En cualquier caso, quieta no me voy a quedar”, concluye.
