LA DECISIÓN DE MORIR
El creador polaco Norbert Rakowski estrena esta semana en los Teatros del Canal ‘I’m Nowhere (Desvanecimiento)’, que reflexiona sobre la eutanasia. Te lo contamos…
Texto_REDACCIÓN Foto_EDGAR DE PORAY
Madrid, 03 de octubre de 2023
Intencionadamente en los polos opuestos, se ubican los dos ejemplos de la vida real que han servido de cimiento a I’m Nowhere (Desvanecimiento), novísima creación del inclasificable director escénico polaco Norbert Rakowski que, arrojando interrogantes sobre el espinoso tema de la eutanasia, se estrena este jueves 05 de octubre (con funciones hasta el 08) en la Sala Verde de los madrileños Teatros del Canal, casa que ha coproducido esta creación desde su programa Creación Canal, por lo que el equipo artístico está integrado por polacos y españoles.
El suicidio asistido del biólogo más anciano de Australia, David Goodall, de 104 años, y la muerte inducida de Alfie Evans, un niño de dos años que había sido mantenido con vida de manera artificial, son los puntos de partida que sirvieron al dramaturgo Ivan Viripaev para escribir esta obra, que ha sido convertida en hecho escénico por Norbert Rakowski, quien a lo largo de su trayectoria ha desarrollado un trabajo de investigación centrado en bailarines y en la combinación del lenguaje dramático con el teatro de danza contemporáneo, de donde han salido títulos relevantes de su catálogo como Barba Azul, Flow o Top Secret Research.
De cuidada factura visual, la obra nos pone frente al espejo y nos propone cuestiones como ¿Quién debe decidir sobre nuestras vidas? ¿La ley? ¿El progreso médico? ¿Los tribunales? ¿La iglesia? ¿Nosotros mismos? ¿Somos lo suficientemente responsables para tomar decisiones irreversibles?...
Se trata de un problemática aún muy candente en nuestra sociedad y no del todo zanjada. Pero no solamente porque en la propuesta colateralmente aparecen también otros asuntos que preocupan a los humanos como el de la muerte cerebral, que ocurre al niño de la pieza. Rakowski lo sabe. “Una mente sumida en coma puede ser una bella y poética metáfora de nuestra conciencia social contemporánea. Las imágenes instantáneas, los flashbacks que aparecen en ella sin regla ni conexión aparente a primera vista constituyen la base de nuestra cultura contemporánea. Construyen una especie de ruina o basurero filosófico que las generaciones actuales, al venir a este mundo en el siglo XXI, reciben como un regalo o una herencia”, ha declarado.