ACENTO ESTADOUNIDENSE
Fuertemente ovacionado por el público, el New York City Ballet triunfó anoche en el Teatro Real de Madrid. Te lo contamos...
Texto JUDIT GALLART Fotos_JAVIER DEL REAL
Madrid, 24 de marzo de 2023
El New York City Ballet, la emblemática compañía fundada por George Balanchine, visita España por primera vez en sus 75 años de recorrido para ofrecer cinco funciones en el Teatro Real de Madrid que fueron inauguradas anoche con prácticamente todas las localidades agotadas. Nos presentaron un triple programa en el que se incluyeron dos piezas de su fundador y una tercera a cargo del creador joven, aunque fuertemente reconocido, Justin Peck. Serenade (foto inferior) fue la encargada de inaugurar la velada, la primera pieza que Balanchine coreografiaría en América para ser presentada en el espectáculo de fin de curso de la American Ballet School. Una obra sin argumento da comienzo al presentar a una flota de 17 mujeres con trajes azules y totalmente inmóviles ante un fondo escénico de la misma gama cromática. La precisión y la rigurosidad técnica juegan con la dulzura y la delicadeza para envolver al público con una danza en la que todos los cuerpos parecen el reflejo de una sola bailarina.
Un ballet con acento estadounidense da comienzo tras el descanso, Square Dance. La prueba de fuego de la noche fue superada por un exquisito elenco de bailarines en este complejo reto técnico cargado de gargouillades, petite sautes y muchos, muchísimos grand battements. Destacó el dramatismo expresado por Anthony Huxley en un solo a ritmo de adagio en el que el tiempo parecía detenerse en cada uno de sus saltos para permitirle el gusto de permanecer en el aire un poquito más, solo un poquito. Movimientos de jazz se entremezclan con un lenguaje clásico cargado con toques del folclore estadounidense que quedan adornados por los extensísimos, interminables brazos que caracterizaron siempre el trabajo de Balanchine.
Pero no sería hasta el final de la noche cuando los americanos lograrían enloquecer al público madrileño. The Times are Racing, (foto superior) donde las puntas son sustituidas por zapatillas y las mallas se remplazan por los crop tops, vaqueros y bermudas que Humberto León ha vuelto a diseñar para Peck. Como acostumbra el coreógrafo en sus piezas, el ojo no puede permitirse un segundo de descanso en este estallido de fuerza y alegría en el que los bailarines giran, se revuelcan y son lanzados por los aires entrando y saliendo de escena sin descanso. Intercalando pasos de claqué y movimientos propios del break dance surge un interesante y potente resultado que queda envuelto por la música electrónica de Dan Deacon. Sin duda una función que merece ser aplaudida por su dinamismo, precisión y excelencia. Bravo.