ESTAMOS EN MAYO… TERMINÓ ‘ABRIL EN DANZA’
Finalizó anoche el ya consolidado festival liderado por Asun Noales, que cabalga entre Alicante, Elche y Murcia. Estuvimos por allí unos días y esto nos pareció lo que vimos…
Texto_OMAR KHAN Fotos_GERMÁN ANTÓN
Alicante, 05 de mayo de 2024
El pasado 19 de abril, con humor y riesgo, desafiando normas del flamenco y el folclor, disciplinas que se abrían hacia sorprendentes derroteros performáticos del siglo XXI, el equipo madrileño de Mucha Muchacha abría en el Teatro Circo, de Murcia, el Festival Abril en Danza con su propuesta Para cuatro jinetes. Anoche, en el también murciano Auditorio Beniajan, la Compañía Madrugada, que lideran los artistas locales Mariló Molina y Luisma Soriano, lo clausuró en clave de danza teatro, evocando la historia de la mujer más erudita de Alejandría, ninguneada por su condición femenina, en Hipatia. Entre medias, un buen puñado de espectáculos que se fueron sucediendo de manera indetenible y simultánea entre Alicante, Elche y Murcia.
Asun Noales, directora de OtraDanza, celebró así la décimo tercera edición de su festival Abril en Danza, una iniciativa que arrancó modesta hace trece años con el propósito firme de llevar y sembrar danza -buena, variada y plural- en Elche y Alicante, y que ha crecido en cantidad y calidad, expandiéndose hasta Murcia, ciudad vecina, aún más huérfana de danza en sus teatros que en los de los valencianos.
Iniciativa privada y esfuerzo titánico, ha dado sus frutos. Teatros usualmente llenos, oportunidad de ver gran cantidad de propuestas, incluso de gran formato (todo un éxito la presentación de Made of Space, la matemática y acrobática creación de Guy Nader & María Campos en el Teatre Principal de Alicante el pasado 30 de abril) y una más que notable contribución al tímido pero ávido y creciente movimiento local de danza, gracias a los encuentros, exposiciones y actividades paralelas, pero sobre todo, a los talleres que ofrecieron generosamente los artistas invitados, se cuentan entre los méritos indiscutibles de esta nueva edición que, como siempre, abraza y hace fiesta el Día Internacional de la Danza.
Al mismo tiempo, el festival ha sido desde siempre escaparate y ventana para este movimiento local y los artistas de la región. Es momento ya instaurado La Terreta Balla (ABRIL EN DANZA / FUNDACIÓN MEDITERRÁNEO (susyq.es)), un programa mixto que intenta recoger el talento de la región desperdigado por el mundo. Este año brilló en la gala, celebrada el pasado 25 de abril, Fernando Carratalá, alicantino estrella del English National Ballet migrando ahora al San Francisco Ballet, donde llega esta temporada invitado por Tamara Rojo.
A su vez, OtraDanza, la compañía anfitriona liderada por Asun Noales, tuvo ocasión de bailar en Murcia hace tres días su nueva y deslumbrante producción Sempere, que toma inspiración en la obra de Eusebi Sempere, artista plástico local de trascendencia universal, que fue pionero del Cinetismo y el Op Art.
DIVERSIDAD SENSUAL
Destacó por atrevimiento y valentía, Sensual Texión, nueva producción y paso al frente de la muy joven compañía Eyas Dance Project, que dirigen en Valencia Carlos González & Seth Buckley. A medio camino entre la performance, la danza sin fronteras, el show travesti sofisticado y la moda, esta propuesta de laser y luces de neón liderada por un extravagante personaje ambiguo de leather y látex que hace de anfitrión y dj (atinado Itxa Sai, en la foto que abre esta información), se despliega como fiesta y homenaje a la diversidad sexual.
Futurista porque no encaja de ninguna manera en los parámetros todavía restrictivos y recelosos de la sociedad actual, el escenario (compartido con algunos espectadores) reproduce una fiesta utópica y despojada de prejuicios, que ha suprimido y superado las categorías de género, en una celebración a la diversidad donde cada quien se expresa y comporta desde donde su fuero interior le dicta, sea fauno travieso (Seth Buckley, estupendo bailarín) o varón femenino.
Es verdad que resulta un poco larga, quizá porque la dramaturgia es un tanto débil y limitada para sostenerse durante una hora, y que se desboca en el uso y explotación de sus fabulosas luces, que terminan mermando su eficacia por exceso, pero hay originalidad, riesgo, atrevimiento y sentido del espectáculo en esta propuesta festiva que habla de asuntos serios, y coloca a Eyas Dance Project en dirección correcta hacia la pista de despegue. De ahí que Sensual Texión suponga también una invitación a seguirles de cerca y estar atentos a sus próximos pasos.
LORENA & MELANIA
Son bailarinas muy diferentes con algunas cosas importantes en común. Aunque se mueven en distintas sintonías y registros, las hermana sobre todo el talento interpretativo pero también el hecho de estar buscando su propio camino como creadoras, tras muchos años siendo arcilla en manos de grandes coreógrafos. Abril en Danza nos las presentó juntas por separado.
Lorena Nogal, bailarina catalana estrella de la Compañía La Veronal que, en medio del taller que ofreció en Elche y su presentación en el Festival, se fue a Madrid a recoger su muy merecido Premio Talía a la Mejor Intérprete por Firmamento, de Marcos Morau, bailó en el MACA (Museo de Arte Contemporáneo de Alicante), su unipersonal Elogio a la fisura, mientras que la veterana madrileña Melania Olcina, musa de tantos (Sharon Fridman, Antonio Ruz, entre otros), ofreció la delicadeza de su creación La declamación muda, en L’Escorxador, de Elche.
Nogal se desdobla y fragmenta su cuerpo, desarticulándolo, frente a una escultura, justamente de Sempere, que llamó su atención en un rincón acogedor del MACA. Empieza frágil y trémula. Acaba, de alguna manera fuerte y empoderada. Elogio a la fisura describe ese tránsito, el paso de un estado emocional a otro desde un cuerpo de asombrosa ductilidad y belleza, conducido desde los espasmos del kova, ese vocabulario gestual inventado por Marcos Morau, del que ella ha sorbido, y al que pone ahora a prueba en un título que no trae la rúbrica de La Veronal sino la suya propia. Breve, emocionado y emocionante, este solo sin temor a mostrar sus fisuras, nos desvela ahora a una creadora inteligente y sensible, que ya admirábamos como bailarina.
Lo mismo casi podría decirse de Melania Olcina. En La declamación muda, nos presenta su danza en una relación de contrapunto y mutación a un tiempo con la música, encarnada –que no simplemente interpretada- en directo por el trombonista Juan Crespo. Pero en absoluto asistimos a la coreografía convencional con música en vivo. Se trata más bien de un intento poético, en el que el cuerpo quiere ser música y la música coreografía. Una simbiosis que lleva a los dos intérpretes a explorar y rebasar sus propios límites y territorios conocidos. Simple, sencilla y directa, la obra es vehículo eficaz para el lucimiento de una bailarina magnética y versátil, que ha demostrado ser todoterreno.